Javier Milei se reunió con el nuevo presidente de Venezuela, Edmundo González Urrutia.
Publicado: 06 / 01 /2025En un gesto simbólico que resuena en el corazón del continente, el Presidente de la Nación Argentina, Javier Milei, cuya administración ha suscitado nutrido debate en los más diversos estratos políticos, recibió este miércoles en la Casa Rosada al presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia. La recepción al líder venezolano, quien enfrenta la férrea represión del régimen de Nicolás Maduro, destaca el compromiso del gobierno argentino con la defensa implacable de la democracia y la libertad.
En un discurso que evoca la defensa histórica de los derechos humanos del pueblo argentino, el Presidente Milei enfatizó que “la Argentina no será partícipe del silencio ante las injusticias y opresiones del régimen de Maduro. Estamos resueltos: libertad, justicia y verdadera democracia para los hermanos venezolanos”. Su declaración subraya una visión de unidad regional para forjar un continente libre de gobiernos que amenazan con erosionar las bases republicanas.
La trascendental reunión incluyó discusiones sobre iniciativas concretas que buscan cimentar la estabilidad en América Latina. Se reafirmó el inquebrantable compromiso argentino con los valores republicanos, mientras que la detención del gendarme Nahuel Gallo, una medida rechazada vehementemente por la OEA como un crimen de lesa humanidad, fue señalada con firmeza durante el encuentro.
En una emotiva demostración de solidaridad, ambos mandatarios salieron al histórico balcón de la Casa Rosada para saludar a los cientos de venezolanos congregados en la Plaza de Mayo. Esta comunidad, que en Argentina se estima en más de 200,000 exiliados, se alimenta de sueños rotos por el exilio forzado que imponen las circunstancias políticas y económicas.
El encuentro de hoy no solo representa una alineación estratégica entre Argentina y Venezuela, sino una reafirmación de la voluntad inquebrantable del gobierno de Javier Milei de sostener los valores esenciales que componen un mundo libre y capitalista. Así, el país se posiciona como un pilar en la diplomacia regional, portando la antorcha de los principios democráticos que deberían guiar a cada nación.